Voy a mandar al primero de hoy. Abro la puerta de nuestra casa y el primer sucio y degenerado cliente cruza el umbral, me paga lo debido y se mete en la habitación que espera mi nieta, separada únicamente por una tela más herida que Jesús en la cruz, sucia como la cloaca de … Sigue leyendo Gemidos tras la cortina